Descripción

Tapa blanda. Poesía

SINOPSIS

Fiel a su nombre, el libro Ágape de Norah Zapata-Prill tiene una doble dimensión: la de dar testimonio sobre el amor y la de darse, ofrendar, obsequiar.

Por eso, porque es testimonio, se funda en la mirada que es, también, doble: se vuelca hacia adentro y se abre al mundo: se observa y observa, vela sin párpados en el insomnio que mantiene la vista atenta a lo que acontece. Así, da fe del amor desde la propia vivencia, gozosa, herida, pero que no pacta con el dolor y, tendiendo una lazada al mundo, lo alcanza y abraza sin atraparlo.

En esa mirada despierta se funda el testimonio de aquella inmensidad: pájaros, flores, gatos, árboles, ríos, nubes, lluvia, estrellas, la naturaleza desplegada en una inmensidad que es frecuentemente doméstica, de jardín o huerto, sobre la cual se tiene un cierto sentido de pertenencia y a la que no se puede asistir como paseante o espectador, sino con la conmovida humildad que se rinde ante un ámbito sagrado que lo conforma y envuelve todo. La mirada atenta da fe de la belleza y también de la ferocidad de la naturaleza, reconociéndose en ella como la humana bestia que llevamos, abriéndose y fundiéndose en ella, siendo pez con el pez, confiando a la hojarasca del otoño las manos, viendo cómo en el cielo se deshace el propio rostro.

El testimonio no se agota en el mundo, incluye a Dios, aunque quizá sí porque da fe de un dios falible que camina por el campo y reza soñoliento, que tiene la estatura de uno mismo y al que se aborda como a un semejante.

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