Descripción

Tapa blanda. Novela.

“No ha de faltar el imbécil que diga falta el 1”,lanza el narrador de la novela luego de que un enorme 2 se dibuja como el inicio de un capítulo (¿el primero?). Y con esta frase, Jaime Nisttahuz nos presenta lo que, en esencia va a ser el cuerpo de su más reciente novela, No todos los zapatos huelen mal. Por un lado, la historia del narrador que se va entrecruzando con la de personajes como Miguel, Medardo y Graciela (sin contar con los innumerables traumas de infancia y adolescencia, tanto propios como ajenos). Por otro lado, el juego mismo de la estructura de la novela que, narrando a partir de fragmentos no necesariamente ordenados numeralmente, va destripando dichas historias a ojos del lector. Así, sabremos los desprecios de quien no puede conquistar a Graciela o el terrible abandono que sufre el narrador de parte de María Luisa,entre otras decenas de historias cortas.  Como no podía faltar, tenemos más del lenguaje durísimo que caracteriza la prosa de Nisttahuz, quien nunca va a tener pelos en la lengua para llamarle “culo” a un culo, ni se va a detener en sutilezas cuando le toque referirse a la historia política del país. Así, no deberá sorprendernos toparnos con un fragmento que anuncie: “El gobierno de mierda del Eme Ene Ere, por medio del mono Paz Estenssoro, firmó ese asqueroso contrato con los gringos” y que funcione a la vez para delinear, a partir de la figura de un viejo ebrio, toda una categoría social que sabe cómo hacerse presente en la narrativa boliviana.  Así pues, toca ahora sumergirnos en las páginas dela novela para ver si somos capaces de descubrir cuáles de todos los zapatos no huelen mal.

– Lourdes Reynaga

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